La gestión del patrocinio debe regirse de acuerdo a cuatro principios básicos:
Establecimiento de los criterios generales de gestión (personalidad de la empresa, estrategia de comunicación, etc. que ayudarán a la elección del evento).
Concreción de las condiciones exigibles al evento objeto de patrocinio (calidad del producto o evento patrocinado, compromiso del patrocinado, etc.).
Adopción de la estrategia a seguir en el patrocinio (oportunidades tácticas, ya que la empresa debe adquirir un alto grado de protagonismo, validez del servicio ofrecido por el patrocinado, etc.).
Apoyo al patrocinio a través de otras acciones de comunicación (como RR PP, relaciones con la prensa, publicidad, etc.).
Entre los objetivos fundamentales del patrocinio se encuentra el construir una imagen de marca, asociada a ciertos valores que simbolicen la actividad objeto del patrocinio. Pero a su vez existen otros objetivos secundarios: la revalorización de un producto, la motivación de la fuerza de ventas, la aceptación social, el cambio de un estado de opinión, la obtención de cobertura en los medios de comunicación, etc.
La rentabilidad y utilidad del patrocinio dependerá del acierto en la elección del evento patrocinado y del público al que se dirija. Pero la clave del éxito reside en que se asocie la imagen del patrocinador a las cualidades o beneficios del evento patrocinado, creando y dotando de un estilo propio al acontecimiento.
Para que los medios proyecten una imagen positiva de la empresa que patrocina un evento, son necesarias cuatro acciones comunicativas:
Un programa específico de relaciones con la prensa. En él ha de garantizarse una información de calidad, la elaboración de una guía del acontecimiento, la designación de uno o dos portavoces y una logística eficaz que prepare el terreno antes de la celebración de cada acto.
Un programa de acciones de relaciones públicas que desarrollen un clima adecuado para la consecución del programa de patrocinio.
Una campaña de publicidad dirigida a la labor de sensibilización pública a favor del programa.
El desarrollo de un programa de comunicación interna que facilite la cohesión del personal de la empresa en torno al objeto del patrocinio.
La última fase es la evaluación de los resultados en relación a tres aspectos concretos: el grado de cumplimiento de los objetivos iniciales, el mantenimiento de sus efectos en el tiempo y la extensión espacial de los mismos.
¿Por qué elegir el patrocinio como herramienta de comunicación?
Se integra en la vida del ciudadano mejor que otras formas publicitarias. No consume tiempo adicional del ciudadano sino que se integra en su propia vida.
El aumento del interés de los medios de comunicación en los acontecimientos deportivos facilita las estrategias de comunicación del patrocinador.
Psicológicamente, el público recibe mejor los mensajes del patrocinio.
Gracias al aumento de diferentes formas de ocio, el patrocinador ofrece un campo de actuación cada ves más amplio.
Refuerza la legitimidad social de la empresa.
La capacidad comunicativa del deporte ha motivado que el patrocinio sea actualmente una fuente de ingresos básica para el deporte y/o espectáculo.
Saturday, January 10, 2009
COMUNICACIÓN PERSONAL
Comunicación personal
Cuando escuchamos la expresión "hablar directamente" seguro que viene a nuestra mente la idea o la imagen de cuando estamos cara a cara con nuestro interlocutor.
Es imposible que exista una comunicación abierta en cualquier tipo de relación interpersonal, si no se establece previamente el compromiso por ambas partes de comunicarse directamente la una con la otra. No se puede desarrollar y mantener un clima de confianza en una empresa donde se permiten las murmuraciones, las habladurías, las amenazas, las intimidaciones y otras formas de manipulación y de intervenciones a nuestras espaldas.
El problema parece radicar en que muchas personas no saben cómo comunicar con efectividad sus preocupaciones, ideas y sentimientos frente a frente, de una forma que satisfaga sus propias necesidades al mismo tiempo que se procure mantener la relación fuerte y saludable.
Estilos de comunicación directa
Existen cuatro estilos de comunicación cara a cara: afirmativo, pasivo, agresivo y pasivo-agresivo. Los cuatro, cada uno a su modo, afectan la capacidad de comunicarnos abiertamente con los demás. Pero la comunicación afirmativa es la única que nos permite experimentar lo que suele llamarse comunicación abierta y confiada. Las otras tres suponen algún grado de manipulación, evitación o forma de juego oscuro que dificulta que una relación se base en la confianza.
Cada vez que nos comunicamos con otra persona, podemos elegir uno de estos cuatro estilos para estructurar nuestros pensamientos. La comunicación abierta sólo puede tener lugar entre personas que reconocen que son responsables de su forma de comunicarse. Aunque nos hemos acostumbrado a utilizar uno de estilos con mayor frecuencia que los otros, en uno u otro momento de nuestra vida los habremos utilizado todos.
El estilo afirmativo es el medio de comunicación más efectivo y muchas empresas visionarias ofrecen cursos y talleres diseñados para ayudar a sus empleados a comunicarse de manera más afirmativa. Aunque la comunicación afirmativa se confunde a menudo con el estilo de comunicación agresivo, en realidad son opuestos. La afirmación se basa en la honestidad, la apertura, la franqueza y el compromiso a no ser víctima o a participar en el juego de la culpa. Cuando uno se comunica con una persona que utiliza el estilo afirmativo, la sensación que se transmite es la de estar diciendo la verdad de una forma justa y con tacto.
Cuando escuchamos la expresión "hablar directamente" seguro que viene a nuestra mente la idea o la imagen de cuando estamos cara a cara con nuestro interlocutor.
Es imposible que exista una comunicación abierta en cualquier tipo de relación interpersonal, si no se establece previamente el compromiso por ambas partes de comunicarse directamente la una con la otra. No se puede desarrollar y mantener un clima de confianza en una empresa donde se permiten las murmuraciones, las habladurías, las amenazas, las intimidaciones y otras formas de manipulación y de intervenciones a nuestras espaldas.
El problema parece radicar en que muchas personas no saben cómo comunicar con efectividad sus preocupaciones, ideas y sentimientos frente a frente, de una forma que satisfaga sus propias necesidades al mismo tiempo que se procure mantener la relación fuerte y saludable.
Estilos de comunicación directa
Existen cuatro estilos de comunicación cara a cara: afirmativo, pasivo, agresivo y pasivo-agresivo. Los cuatro, cada uno a su modo, afectan la capacidad de comunicarnos abiertamente con los demás. Pero la comunicación afirmativa es la única que nos permite experimentar lo que suele llamarse comunicación abierta y confiada. Las otras tres suponen algún grado de manipulación, evitación o forma de juego oscuro que dificulta que una relación se base en la confianza.
Cada vez que nos comunicamos con otra persona, podemos elegir uno de estos cuatro estilos para estructurar nuestros pensamientos. La comunicación abierta sólo puede tener lugar entre personas que reconocen que son responsables de su forma de comunicarse. Aunque nos hemos acostumbrado a utilizar uno de estilos con mayor frecuencia que los otros, en uno u otro momento de nuestra vida los habremos utilizado todos.
El estilo afirmativo es el medio de comunicación más efectivo y muchas empresas visionarias ofrecen cursos y talleres diseñados para ayudar a sus empleados a comunicarse de manera más afirmativa. Aunque la comunicación afirmativa se confunde a menudo con el estilo de comunicación agresivo, en realidad son opuestos. La afirmación se basa en la honestidad, la apertura, la franqueza y el compromiso a no ser víctima o a participar en el juego de la culpa. Cuando uno se comunica con una persona que utiliza el estilo afirmativo, la sensación que se transmite es la de estar diciendo la verdad de una forma justa y con tacto.
Subscribe to:
Posts (Atom)